El Sevilla sumó su primer triunfo en Liga en Cornellá y lo hizo reconociéndose en muchas de las cosas buenas que en la anterior temporada le llevaron a ser campeón de la Europa League, pese a que todavía faltan muchos aspectos para que el engranaje del equipo funcione al cien por cien. Para ganar, los de Unai tiraron de consistencia atrás, en una primera parte en la que el Espanyol apenas tuvo una ocasión clara, y de eficacia arriba, con un oportuno gol de Bacca a diez minutos del descanso y otro de Iborra en la reanudación. Cuando todo parecía controlado, el encuentro se puso feo con un gol de Stuani perfectamente evitable. Sin embargo, en esta ocasión el Sevilla supo gestionar la ventaja y no dio opciones al Espanyol, apuntándose un triunfo que fue merecido, pese a que aún haya aspectos a mejorar, pero que sobre todo dejó ver la línea de equipo firme y sólido de la pasada campaña.
Ganar siempre es lo más importante, pero más aún si es a comienzos de temporada, con un parón en el horizonte y un equipo que todavía tiene mucho margen de mejora. Por eso esta noche en Cornellá el cómo era lo de menos, porque el Sevilla necesitaba un triunfo para ganar en confianza y sobre todo para continuar con los ajustes con el zurrón de puntos más lleno que vacío. Ésa fue la lectura que aplicó hoy el conjunto de Unai, que se decantó por un partido practico, sin arriesgar más que lo necesario y confiándolo todo a que decidiera la pegada arriba cuando llegaran las ocasiones. Y así fue. El Espanyol no escondió su propuesta ofensiva y el Sevilla esperó, bien replegado y arañando a la contra. El Espanyol realmente sólo tuvo una ocasión en los primeros cuarenta y cinco minutos, tras una gran contra que Sergio García mandó al palo. Quitando eso, el peligro real lo llevó el Sevilla, pese a no acaparar tanto el juego. Bacca en una contra decidió tirar cuando tenía a Vitolo y Denis totalmente solo, prácticamente después de la ocasión del capitán perico. Diez minutos más tarde fue Denis quien optó por el tiro cuando tenía a otros compañeros en mejor posición. Faltaba tan sólo acertar en la última decisión. Y eso fue lo que hizo Coke, al poner desde la derecha un balón raso y medido a Bacca, que había inciado la jugada cazando un balón área que prolongó Vidal hacia Coke, para que el colombiano con habilidad hiciera el primero. Ahí el partido se orientó claramente para los visitantes, que lo anestesiaron hasta el descanso.
En la reanudación el Sevilla continuó manejando el choque a sus anchas. Krychowiak lo intentó desde lejos y por poco sorprende a Casilla, pero ni siquiera necesitaba el tanto el polaco para imponer con claridad su ley en la medular. El empaque nervionense dominaba sin fisuras y todo se ponía de dulce con el segundo gol, con un cabezazo inapelable de Iborra al bote de una falta de Denis Suárez. Sin embargo, los fantasmas del pasado sábado resucitaron cuando una mala aplicación defensiva acabó con un gol de Stuani que dejó vivo el encuentro en su última media hora. Emery intentó narcotizar el ímpetu local, sacando a Banega por Denis, con el fin de tener más la pelota. También salió Deulofeu por Vitolo. El argentino se hizo notar y el partido, aunque el Espanyol proponía un corre calles se supo gestionar, teniendo muy pocas opciones el Espanyol. El Sevilla, de hecho, perdonó el tercero en varias ocasiones, sobre todo con dos oportunidades clarísimas de Iborra y de Aleix Vidal, que pudo haber redondeado con gol una sensacional actuación muy sacrificada, así como en la última acció del choque, con una falta al travesaño de Pareja. No hizo falta el tercero, sin embargo, para ratificar un triunfo que el Sevilla mereció, que lo trabajó con una actuación seria, tirando de solidez, tal vez sin la fluidez que te da el paso de las jornadas, pero sí sabiendo competir y mostrando esa consistencia y empaque que en la temporada pasada le hizo estar en la parte alta de la tabla. (WWW.sevillafc.es)
