Después de mucho tiempo el Sevilla ha tenido una semana para preparar un partido de Liga. Descanso ideal, sin duda, para los hombres de Unai Emery que este domingo inician una recta final del campeonato plagada de partidos e ilusiones. Con sólo cinco jornadas para el cierre del torneo regular, todo son finales y la primera se disputa ante un Granada que llega envalentonado tras su triunfo ante el FC Barcelona y con la salvación más cerca. Con San Mamés a una semana vista y el Athletic jugando este domingo en el Camp Nou, parece evidente que todo lo que no sea sumar tres puntos ante el conjunto de Lucas Alcaraz podría ser fatal para las aspiraciones al cuarto puesto.
Si importante es, por motivos obvios, la semifinal de ida ante el Valencia, con igual entusiasmo deberán asumir los nervionenses el encuentro ante el conjunto nazarí. Con una victoria el Granada prácticamente certificaría la permanencia, de modo que la intensidad que exhibirá será máxima. Al Sevilla, por su parte, le valdría un triunfo para confirmar su presencia en Europa la próxima temporada, asegurando en el peor de los casos la séptima plaza.
Partido, pues, de altos vuelos, porque ya todos lo son, en el que Unai a buen seguro tirará del amplio fondo de armario de su plantilla, condición que ha quedado patente en estos dos últimos meses de competición repletos de encuentros con resultados muy favorables. Sin embargo, más que los hombres o la disposición que escoja el técnico vasco, lo verdaderamente importante será que el Sevilla salte al campo con los cinco sentidos puestos en lo mucho que se juega. Si es así, sólo si es así, este equipo está a un nivel que otorga enorme fiabilidad en torno a sus posibilidades.
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