Coke jugó este sábado en Cornellá su partido número 100 como futbolista del Sevilla FC, tras poco más de tres años en Nervión. Esta cifra no hace más que dar realce a la figura de un jugador que no siempre las tuvo todas consigo y que de hecho hace justo dos años, en el cierre del mercado de verano de 2012, estuvo más fuera que dentro del Ramón Sánchez Pizjuán. Sin embargo, Coke apostó por el camino difícil y después de una primera campaña irregular, decidió permanecer en Nervión incluso con el riesgo de quedarse en blanco, para hacer realidad su sueño de triunfar en un equipo grande. Y lo logró, pese a estar casi tres meses sin jugar un partido oficial. Agarró la titularidad en la última etapa de Míchel y no la soltó cuando llegó Unai, entrenador con el cual ha dado su mejor nivel, asentándose en la titularidad y convirtiéndose en uno de los baluartes del equipo, tanto dentro como fuera del campo.
El triunfo de Coke, por tanto, es el triunfo de la constancia y de la enorme confianza que siempre ha mostrado en sí mismo, incluso en las peores circunstancias. Su papel en este Sevilla es ya incuestionable, sobre todo después de ser uno de los artífices en la inolvidable conquista de la Europa League. Ante el Espanyol, aunque le tocó lidiar con un futbolista difícil como Montañés, cumplió con creces y se proyectó una vez más en ataque, siendo decisivo al dar el primer gol a Carlos Bacca con un preciso servicio. (www.sevillafc.es)
