La cantera, divino tesoro. La clásica
afirmación es referida a la juventud, pero como -por definición- la
cantera se sustenta en esa pujante etapa de la vida, el aserto es
absolutamente real: la cantera fue, es y será un divino tesoro, un filón
deportivo y monetario para el Sevilla FC. La “fecunda Carretera de
Utrera”, en frase acertada del presidente Castro en la despedida de la
última joya canterana, Alberto Moreno, es una de las piedras angulares
-no la única- de la entidad nervionense y una veta de lujo que nutre al
primer equipo sevillista y ayuda a sanear las arcas del club.
Un dato revelador que refleja en la última década la renovación constante del Sevilla FC, el perpetuum mobile, santo
y seña del movimiento perpetuo, es el permanente relevo generacional
que se produce en su criadero de futbolistas de élite. En efecto, es una
eterna rueda que nunca se detiene, dando resultados satisfactorios y
hasta campeones del mundo y de Europa. Así, 2004, el año en el que José
Antonio Reyes fue vendido al Arsenal, con la incomprensión de algunos,
fue el mismo año que apareció como uno más por los campos de la ciudad
deportiva un crío muy despierto y rápido que atendía al nombre de
Alberto Moreno. Hoy, en 2014, una década después, la historia se repite:
el del Cerro también vuela a Inglaterra, al Liverpool, mientras otros
chavales (Juan Muñoz, Cotán, Luismi, Carlos Fernández y tantos otros) se
asoman con desparpajo y carácter al primer equipo y sueñan ya con
emular algún día a los dos citados canteranos: triunfar en el Sevilla
FC. De Reyes a Alberto, unos se van pero otros vienen y ocupan su lugar
con idéntico reto. Es la infalible ley del fútbol y de Nervión: cuidar
con mimo y profesionalidad la cantera, tener las ideas claras, ser
siempre competitivos, generar recursos, crecer como institución.
Un equipo que ha proporcionado dinero
Con la referencia de la citada última
década -que va desde la venta de Reyes a la de Alberto Moreno
(2004/2014)- el Sevilla ha criado muchos futbolistas y ha generado
importantes recursos económicos por un montante de decenas y decenas de
millones. De la observación, se puede entresacar un once de nivel y un
banquillo que también ayudó a compensar los gastos de los escalafones
inferiores, siempre menores a los réditos pecuniarios ingresados.
Dejando atrás -por ser ventas anteriores- a los Marchena, Velasco o
Jesuli, que asimismo dejaron dinero en las arcas del club, un once con
arreglo a algún tipo de ingreso podría estar formado por Julián; Crespo,
Sergio Ramos, Cala, Alberto Moreno; Luis Alberto, Campaña, Reyes;
Navas, Kepa y Capel. En el banco supuesto estarían los Luna, Alfaro,
Carlitos o Rodri.
Todos los citados han inyectado a la
entidad de Nervión una serie de millones… Cantidades fijas que se van
incrementando con el goteo de miles de euros por los llamados variables,
según objetivos conseguidos. La joya de la corona sin duda fue Sergio
Ramos, canterano, sevillista y campeón del mundo y Europa, que dejó en
las arcas 27 millones e inculcó además a los jóvenes cachorros el sello
de su carácter competitivo y una indeleble huella ganadora. Por su
parte, Reyes, junto al campeón del mundo Jesús Navas y el campeón de
Europa por partida doble (sub 21 y Uefa) Alberto Moreno, se sitúan en la
estela del camero y han aportado asimismo decenas de millones… Luis
Alberto, Kepa, Capel, Campaña y Luna, aportaron también otras
cantidades; menores cifras, pero dinero al fin y al cabo. Junto a los
Rodri, Alfaro, Crespo o Cala... En algún caso, podrían incluso hasta
seguir proporcionando dividendos si hay cambio de aires a otros clubes.
Otros jóvenes valores en la mente de
todos, con su trabajo y esfuerzo máximo, constancia y las ideas claras,
han dado un paso al frente y han tomado el relevo canterano en el primer
equipo, reflejando esa impronta de la carretera de Utrera, un venero
fecundo de competidores de primer nivel y una mina futbolística y
económica del Sevilla FC. (www.sevillafc.es)