jueves, 30 de octubre de 2014

#SomosCantera

La cantera, divino tesoro. La clásica afirmación es referida a la juventud, pero como -por definición- la cantera se sustenta en esa pujante etapa de la vida, el aserto es absolutamente real: la cantera fue, es y será un divino tesoro, un filón deportivo y monetario para el Sevilla FC. La “fecunda Carretera de Utrera”, en frase acertada del presidente Castro en la despedida de la última joya canterana, Alberto Moreno, es una de las piedras angulares -no la única- de la entidad nervionense y una veta de lujo que nutre al primer equipo sevillista y ayuda a sanear las arcas del club.
Un dato revelador que refleja en la última década la renovación constante del Sevilla FC, el perpetuum mobile, santo y seña del movimiento perpetuo, es el permanente relevo generacional que se produce en su criadero de futbolistas de élite. En efecto, es una eterna rueda que nunca se detiene, dando resultados satisfactorios y hasta campeones del mundo y de Europa. Así, 2004, el año en el que José Antonio Reyes fue vendido al Arsenal, con la incomprensión de algunos, fue el mismo año que apareció como uno más por los campos de la ciudad deportiva un crío muy despierto y rápido que atendía al nombre de Alberto Moreno. Hoy, en 2014, una década después, la historia se repite: el del Cerro también vuela a Inglaterra, al Liverpool, mientras otros chavales (Juan Muñoz, Cotán, Luismi, Carlos Fernández y tantos otros) se asoman con desparpajo y carácter al primer equipo y sueñan ya con emular algún día a los dos citados canteranos: triunfar en el Sevilla FC. De Reyes a Alberto, unos se van pero otros vienen y ocupan su lugar con idéntico reto. Es la infalible ley del fútbol y de Nervión: cuidar con mimo y profesionalidad la cantera, tener  las ideas claras, ser siempre competitivos, generar recursos, crecer como institución.
Un equipo que ha proporcionado dinero
Con la referencia de la citada última década -que va desde la venta de Reyes a la de Alberto Moreno (2004/2014)- el Sevilla ha criado muchos futbolistas  y ha generado importantes recursos económicos por un montante de decenas y decenas de millones. De la observación,  se puede entresacar un once de nivel y un banquillo que también ayudó a compensar los gastos de los escalafones inferiores, siempre menores a los réditos pecuniarios ingresados. Dejando atrás -por ser ventas anteriores- a los Marchena, Velasco o Jesuli, que asimismo dejaron dinero en las arcas del club, un once con arreglo a algún tipo de ingreso podría estar formado por Julián; Crespo, Sergio Ramos, Cala, Alberto Moreno; Luis Alberto, Campaña, Reyes; Navas, Kepa y Capel. En el banco supuesto estarían los Luna, Alfaro, Carlitos o Rodri.
Todos los citados han inyectado a la entidad de Nervión una serie de millones… Cantidades fijas que se van incrementando con el goteo de miles de euros por los llamados variables, según objetivos conseguidos. La joya de la corona sin duda fue Sergio Ramos, canterano, sevillista y campeón del mundo y Europa, que dejó en las arcas 27 millones e inculcó además a los jóvenes cachorros el sello de su carácter competitivo y una indeleble huella ganadora. Por su parte, Reyes, junto al campeón del mundo Jesús Navas y el campeón de Europa por partida doble (sub 21 y Uefa) Alberto Moreno, se sitúan en la estela del camero y han aportado asimismo decenas de millones… Luis Alberto, Kepa, Capel, Campaña y Luna, aportaron también otras cantidades; menores cifras, pero dinero al fin y al cabo. Junto a los Rodri, Alfaro, Crespo o Cala... En algún caso, podrían incluso hasta seguir proporcionando dividendos si hay cambio de aires a otros clubes.
Otros jóvenes valores en la mente de todos, con su trabajo y esfuerzo máximo, constancia y las ideas claras, han dado un paso al frente y han tomado el relevo canterano en el primer equipo, reflejando esa impronta de la carretera de Utrera, un venero fecundo de competidores de primer nivel y una mina futbolística y económica del Sevilla FC.